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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




Viaje a Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.


Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

                                                                             K. Kavafis


Todas las escuelas de Yoga tienen un mantra, una máxima, una oración que simbolice su credo, al igual que todas las instituciones religiosas, filosóficas, científicas y culturales. Este poema del gran poeta griego Kavafis, inspirado en el viaje de Odiseo (la Odisea), representa el Sendero de Evolución Humana, el Sanatana Dharma: el viaje de ida y de vuelta. Es el viaje simbólico del alma, del que tal vez hablemos en otros posts. 

Este poema podría ser mi mantra: Yo Odiseo el errabundo, sólo ansío llegar a Ítaca, de la que un día partí, y de la que por causas divinas y humanas, tan lejos me hallo. En este sendero de tránsito, llamado vida humana, padezco todo tipo de infortunios al igual que todo tipo de placeres y alegrías. Sí, aunque sólo ansío llegar a Ítaca, pido que mi viaje sea largo...

En mi anterior escuela de Yoga, tenía a modo de "frontispicio" la máxima: "Gnothi seauton (Conócete a ti mismo, escrito en griego antiguo)". Tal vez en mi próxima escuela, si la vida me permite tenerla, ponga este poema escrito en la pared principal de la sala.
 

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