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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




La pinza (paschimottanasana)

La postura de la pinza (Paschimotanasana), es una de las más importantes, conocidas y efectivas asanas de yoga. Es similar a la postura de la cigüeña pero se realiza sentados sobre el suelo.


Estira toda la espalda, tiene un efecto muy benéfico sobre el abdomen y los órganos internos (debido a la presión que ejerce la postura si la acompañamos con la respiración abdominal), y es una de las más propicias a desarrollar la conciencia corporal.

Ejecución:


1- Sentados sobre una esterilla, ponemos las piernas juntas y estiradas.

2- Juntamos las manos e inspirando las estiramos hacia arriba (miramos las manos).

Postura de la pinza

3- Al espirar bajamos las manos (y nuestra mirada) y nos agarramos de las puntas de los pies. Podemos agarrarnos de los dedos gordos, y si no llegamos, nos agarramos de los tobillos o de los bordes del pantalón. Si tu flexibilidad es limitada, no te apures, deja las manos sobre las rodillas. Miramos hacia el frente y permanecemos así varios segundos.

4- Relajamos la cabeza, los hombros y la espalda.

Paschimottanasana
5- Mantenemos la postura unos minutos (puedes empezar con varios segundos y con el tiempo alargar hasta 3 o 4 minutos).

Detalles importantes:


El yoga no es stretching, ni estiramientos deportivos, ni calentamiento antes de salir a correr, andar en bici o nadar. Cada técnica de yoga es un ejercicio completo en sí mismo que trabaja cuerpo y mente.

Es muy importante que recuerdes los siguientes puntos:

- No hay que esforzarse en estirarse, sino en relajarse.
- No hay que forzar el cuerpo, ni mantenerlo demasiado cómodo; hay que encontrar el punto justo de estiramiento y manetenerlo.
- A medida que pasen los segundos y te vayas relajando, la musculatura se irá soltando, en esos momentos tendrás que forzar un poco hasta lograr el nuevo punto justo de estiramiento.
- Recuerda mantener siempre la respiración abdominal, fluida y controlada.
- La mente divagará constantemente, mantenla ocupada sintiendo las sensaciones físicas que produce el estiramiento.
- Trata de relajar la musculatura que no actúa en la postura. Esto es importante, ya que normalmente mantenemos tensiones innecesarias. Para ello es necesario prestar mucha atención al cuerpo e ir desarrollando conciencia corporal.
- Siente paz, comunión (unión contigo mismo) y bienestar.
- Aunque la hagas miles de veces, vive el presente, no la hagas de forma mecánica; ejecútala como si fuera la primera vez que la haces.

Qué no hay que hacer:


- No tienes que forzar tus limites, ni competir, ni compararte con otros...
- No hay que dar rebotes ni tirones bruscos.
- Si permaneces varios minutos, al deshacer lentamente no hagas movimientos bruscos, para evitar lesiones.
- No hay que pensar en otra cosa mientras se mantiene la postura (verás lo difícil que resulta esto, pero si lo intentas, la asana se convierte en un excelente ejercicio de concentración).


Practica esta asana varias veces a la semana, durante muchas semanas, durante muchos años. Con la práctica descubrirás los enormes beneficios que aporta (tanto al cuerpo como a la mente).


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