Centro de Yoga Arcadia
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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




La meditación: orígenes y objetivos

La meditación es una técnica de creciente interés en nuestra sociedad. Mucha gente quiere aprender a meditar o se siente atraído hacia ella por sus beneficios. ¿De dónde viene está técnica? ¿Cuál es su objetivo?


En el principio fue la curiosidad... Y de la curiosidad surgió la búsqueda por encontrar respuesta a las grandes incógnitas de la vida. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? ¿Qué hay después de la muerte? ¿De qué está hecho el Universo? ¿Por qué las cosas son como son?...

Desde la noche de los tiempos, y desde que el ser humanos es Homo sapiens, numerosos hombres han tratado de saciar su curiosidad y tratar de hallar respuestas a las preguntas antes citadas, y a muchas otras.


La curiosidad

Esa curiosidad, dependiendo la época, la cultura y las personalidades de los individuos (condicionadas por su época y cultura), se fue bifurcando en varios caminos; caminos para obtener conocimiento que podemos resumir en 4 grandes corrientes:
  • Religión

  • Ciencia

  • Filosofía

  • Misticismo


En nuestra época actual hay muchísimas cosas que desconocemos, pero comparados con nuestros ancestros de varios milenios atrás, lo que sabemos es inconmensurable. ¿Cómo trataron de hallar respuesta aquellas gentes, que no sabían ni por qué se movía el Sol en el cielo, ni por qué llovía, ni por qué enfermaban y morían, entre muchas otras cosas que ignoraban? Mediante la explicación mitológica o religiosa de las cosas.

El hombre necesita entender las cosas, pues teme sobremanera todo aquello que desconoce. No importa si la explicación es lógica o ilógica; racional o irracional; verdadera, parcialmente verdadera o falsa. Necesita saciar su curiosidad.



Desde las primeras religiones del Paleolítico, hasta las religiones de masas que perduran hoy en día, el conocimiento de las cosas se hallaba en uno o varios libros sagrados. Aquel conocimiento había sido revelado por Dios a hombres sabios y santos, y su contenido era (y es) «incuestionable».

En la Grecia antigua sucedió un hecho que marcaría el devenir de la historia: el paso del mythos al lógos, el nacimiento de la ciencia y de la filosofía.

La ciencia es extraordinaria para explicar y para entender las cosas. La ciencia sigue el método científico, y siendo fiel a él, ha sido, y de seguro será capaz, de explicar si no todo, casi todo. Eso sí, casi todo lo que se pueda pesar, medir o cuantificar. La ciencia utiliza los 5 sentidos para obtener datos y a raíz de ellos formular leyes y teorías. Nuestra cultura actual es muy devota de todo lo científico, y ello nos aporta seguridad.


Filosofía
La filosofía utiliza el pensamiento, la razón, como herramienta principal de investigación. Un filósofo puede especular sobre casi todo mediante la inferencia, utilizando métodos deductivos, inductivos, la lógica o el silogismo. La filosofía si bien nos puede acercar al umbral del conocimiento, no sacia la sed de todas las personas.

La cuarta vía es el misticismo, que consiste en la experiencia directa o revelación total o parcial de la verdad. Las vías místicas han existido desde siempre, asociadas casi todas a las grandes religiones. El yoga por ejemplo, es una rama mística del hinduismo. El budismo, al que se le considera una religión, también podría ser una vía mística, ya que trata de obtener la experiencia directa del nirvana o iluminación.

¿Qué tienen en común el yoga y el budismo? La meditación.

No se sabe a ciencia cierta cuando se desarrollaron las técnicas de meditación, pero como poco, hace más de 3000 años, por los sabios rishis buscadores de la verdad de la India. El gran Siddharta Gautama, llamado el Buda, cuando sintió ese gran anhelo por conocer la verdad, pasó largos años practicando técnicas de yoga y de meditación yóguica, hasta que al iluminarse, creó su propio sistema de meditación (vipassana) y desarrolló su método, que después sería conocido como: budismo.


Buda
Las técnicas de meditación se propagaron desde entonces por toda Asia, a través de los discípulos de Buda. Llegó a conocerse el dhyan (meditación en sánscrito) como chan en China y como zen en Japón. Hoy en día está ganando muchos adeptos el mindfulness, que es meditación vipassana sin doctrina budista. Por supuesto, el yoga y su meditación yóguica sigue vigente... En realidad, todas las técnicas de meditación son muy parecidas, ya sean yóguicas, budistas, zen o de mindfulness.

¿Por qué la meditación es una vía de adquirir conocimiento?

El hombre es un microcosmos dentro de un macrocosmos; es decir, es un universo en miniatura. Según la Tabla Esmeralda de Hermes Trismegisto, «así es arriba, así es abajo», y de aquí deriva la frase del frontispicio del santuario de Delfos que dice «¡Oh hombre, conócete a ti mismo, y conocerás el Universo y a los dioses!». También hay otra frase, ahora no recuerdo de quién, que dice así «¡Oh hombre que hoyas el sendero del saber, nada hallaras fuera de ti que no se encuentre ya en ti!».

Todo está en el hombre... Todos los elementos de la tabla periódica están en nosotros. Todos los modelos arquetípicos del Universo se encuentran grabados en nosotros, ya sea en los procesos biológicos de nuestro cuerpo o en nuestro subconsciente. Por otro lado, al concentrar la mente y meditar, obtenemos un estado elevado de conciencia que nos permite contemplar fragmentos de la verdad (iluminación parcial), hasta, poco a poco, llegar a nuestra meta como seres humanos (asamprajnata samadhi o nirvana).


Gnosis

Por estos motivos, la meditación es una técnica de obtener autoconocimiento, gnosis. La meditación consiste en aplicar técnicas mentales para obtener estados elevados de conciencia.

La meditación es una técnica surgida en oriente, pero es universal y sirve para todos. El cristianismo por ejemplo, en su aspecto místico, tiene dos fases: la vía purgativa y la vía iluminativa. En cierta medida, es muy similar al yoga y al budismo, que también tienen una fase de preparación y purificación, y otra de iluminación. Quizá un místico cristiano no se siente en la postura del loto a meditar, pero la experiencia que obtiene en su «éxtasis», es algo muy similar al samadhi o nirvana.

¿La gente medita para obtener conocimiento? Algunos sí, la mayoría no.

Lo que la mayoría de gente busca hoy en día, son los beneficios, o efectos secundarios que produce la meditación:

  • Paz
  • Tranquilidad
  • Relajación
  • Reducción del estrés
  • Aumento de la memoria y estímulo del cerebro
  • Aumento de la empatía y la compasión
  • Segregación de endorfinas
  • Y un largo etcétera de beneficios, que la ciencia moderna cada vez va confirmando más.

Lo cierto es que son muy pocos los que siguen la vía mística en comparación a los que siguen la «vía pragmática» en busca de los beneficios, a corto plazo a ser posible, antes citados.


Aprender a meditar

Por todos estos motivos, tengo pensado en la medida en que tenga tiempo, hacer dos cursos de meditación:


  • Uno sencillo y asequible para todo el mundo, orientado a adquirir los beneficios de la meditación.
  • Otro más místico y profundo, orientado al autoconocimiento.

Empezaremos por el primero, y veréis como con varias técnicas de meditación sencillas y fáciles de aprender, y una disciplina de unos 20 minutos diarios, podremos obtener grandes beneficios para nuestra salud y bienestar.


Gopal



Bicicleta estática como complemento del yoga en casa

La bicicleta estática es el complemento ideal para el yoga en casa, ya que nos permite hacer un trabajo aeróbico y entrenar nuestro sistema cardiovascular.


Ya hemos dicho en varias ocasiones, que si bien el yoga es un ejercicio físico excelente, tiene quizás ciertas carencias en lo que a entrenamiento cardiovascular se refiere. Por tal motivo, una bicicleta estática es una inversión excelente si queremos ponernos en forma sin salir de casa.


Bicicleta estática

Entendemos como trabajo cardiovascular todo aquel ejercicio que mantiene nuestro corazón latiendo al 60% – 70% de su frecuencia máxima (FCmax), durante una duración de entre 20 y 60 minutos.

El trabajo cardiovascular aeróbico sirve para:

- Fortalecer el corazón.

- Capilarizar la musculatura y que llegue más sangre y oxígeno a todo el cuerpo.

- Aumentar el metabolismo y quemar grasas.

- Liberación de endorfinas (hormonas del bienestar).


Seguro que hay muchos más beneficios, pero solo con los antes citados, ya es motivo más que suficiente para hacer un poco de cardio.

¿Cómo entrenamos?

Uno de los mayores obstáculos para hacer ejercicio es la pereza, por eso, si tenemos la bicicleta «a mano», en alguna habitación de nuestra casa, solo tenemos que subirnos en ella y comenzar a pedalear. Podemos hacer 2 o 3 sesiones semanales de una duración mínima de 20 minutos (lo ideal son 40 minutos).

Para que sea más ameno y productivo, podemos pedalear mientras escuchamos un podcast o si tenemos la bicicleta delante de una televisión, ver un documental. De esta forma, además de ejercitar el cuerpo, también nos culturizamos un poco. Por supuesto que también puedes escuchar música si eso te anima y te motiva más.

Una ventaja es que la mayoría de bicicletas estáticas modernas tienen pulsómetros instalados en el manillar, en forma de pletinas metálicas, que solo con poner nuestras dos manos encima nos permite conocer nuestras pulsaciones por minuto Esto es muy útil para mantener la cadencia y el ritmo dentro de una frecuencia aeróbica.


Pulsómetro


Lo primero que tenemos que saber es nuestra FCmax (frecuencia cardíaca máxima). Una fórmula sencilla para calcularla es la siguiente:

FCmax = 220 – edad


Hay fórmulas más complejas que tienen en cuenta el peso y el estado de forma, pero como referencia, con la fórmula anterior podemos obtener una estimación bastante precisa.

Por ejemplo, una persona de 35 años tendrá una FCmax de 185 pulsaciones por minuto.

El 60% para ella será 111 ppm y el 70% será 130 ppm. Sabiendo esto, podemos hacer rutinas de bicicleta en las que nuestro corazón se mantenga entre las 110 y las 130 ppm, aproximadamente.

Es importante que cada uno calcule su FCmax y su FC60% y FC70%, para que sepa cuál ha de ser la intensidad de su ejercicio.

Ese es el rango ideal para el ejercicio aeróbico, y al contrario de lo que se piense, más intensidad no es sinónimo de trabajo más efectivo. También es importante la duración del ejercicio, menos de 20 minutos apenas tendrá impacto sobre el organismo.

Si estás en muy baja forma, no te sorprenda que tus pulsaciones se disparen ante el mínimo esfuerzo, en ese caso tendrás que pedalear muy suave hasta que tu corazón se vaya entrenando poco a poco.

¿Antes o después de una sesión de yoga?

Lo ideal es que lo hagas antes, y que después el yoga te sirva para estirarte y relajarte, aunque puedes hacer sesiones de cardio aisladas.

Desde aquí te animo y te recomiendo que añadas este plus a tu vida, y no consideres la compra de una bicicleta estática como un gasto, sino como una inversión en tu salud.


Gopal

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